Seguramente más de una vez te has planteado esto: “¿Y si monto algo mío y me voy a trabajar por el mundo?”.
Pues bien, si tienes acceso a internet, sabes moverte en redes sociales o entiendes cómo funcionan los negocios online… crear una agencia de marketing digital puede ser una de las formas más inteligentes de hacerlo.
No necesitas una oficina.
No necesitas empleados al principio.
Y tampoco necesitas invertir miles de euros.
Eso sí, necesitarás algo que no se compra: constancia, visión y ganas de mojarte. Si estás en ese punto, sigue leyendo. Aquí no te vamos a vender la moto. Te vamos a contar cómo lo puedes hacer de verdad, desde cero, con pasos claros y adaptados a tu realidad.
¿Qué es realmente una agencia de marketing digital?
No es una empresa llena de creativos en un coworking con vistas al mar.
O no necesariamente.
Una agencia de marketing digital es cualquier negocio que ofrece servicios online para ayudar a otras empresas a ganar visibilidad, atraer clientes y vender más. Puede ser solo una persona (tú), o un equipo distribuido por el mundo.
Entre los servicios más habituales están:
- Gestión de redes sociales
- Publicidad online (Google Ads, Facebook Ads…)
- Email marketing
- SEO y posicionamiento web
- Diseño y desarrollo de sitios web
- Creación de contenido (textos, vídeos, newsletters…)
¿Te suenan? Pues estás más cerca de tener una agencia de lo que piensas.
Paso 1. Encuentra tu nicho (y no te disperses)
Aquí es donde muchos fallan.
Intentan hacer de todo para todos, y al final no destacan en nada.
Lo mejor que puedes hacer es elegir un nicho concreto. Un mercado que conozcas bien, donde puedas aportar valor real. Por ejemplo:
- Restaurantes veganos
- Psicólogas que quieren crecer en Instagram
- Coach de desarrollo personal
- Marcas de ropa sostenible
- Clínicas dentales
- Empresas del sector turístico
Especializarte no te cierra puertas. Al contrario: te posiciona como experto y te permite escalar más rápido.
Paso 2. Crea tu propuesta de valor
No es lo mismo decir:
“Hago redes sociales”
que
“Ayudo a restaurantes veganos a llenar sus mesas a través de Instagram y Google”.
Piensa: ¿qué problema solucionas?, ¿a quién?, ¿cómo?, ¿con qué resultados?
Tu propuesta de valor es eso que hará que el cliente diga: “Te necesito”.
Y sí, tendrás que decirlo una y otra vez. En tu web, en tus emails, en tus llamadas, en tu bio de Instagram…
Paso 3. Monta tu escaparate digital
No necesitas una web de 3.000 euros. Pero sí necesitas una página que dé confianza. Que tenga:
- Quién eres y qué ofreces
- Resultados o ejemplos (aunque sean personales o de prácticas)
- Opiniones, si las tienes
- Una forma clara de contactarte
Además de la web, tu perfil de LinkedIn o Instagram debe estar alineado con lo que haces. Es decir, nada de “multiapasionado en busca de sí mismo”.
Tienes que parecer lo que vendes.
Paso 4. Define tus servicios y precios
Aquí viene la parte delicada.
Muchos empiezan cobrando poco por miedo a no vender. Pero si cobras poco por mucho trabajo, acabarás quemado antes de llegar a ningún sitio.
Lo ideal es tener 3 paquetes claros:
- Básico – para quien quiere empezar
- Intermedio – el que más se ajusta a tus clientes ideales
- Premium – para los que quieren resultados grandes (y pueden pagarlos)
Y si no sabes qué precios poner… jah! muy sencillo, mira lo que ya cobran otros en tu sector y ajústate según tu experiencia.
Paso 5. Empieza a captar tus primeros clientes
No necesitas followers. Necesitas clientes. Y eso se consigue hablando con personas.
Estas son algunas formas reales de empezar:
- Ofrece tus servicios a conocidos que ya tienen un negocio
- Contacta por email o LinkedIn a personas de tu nicho
- Únete a comunidades (grupos de Facebook, foros, eventos online…)
- Colabora con otros freelance (tú haces una parte, ellos otra)
- Publica contenido útil en redes para atraer a quienes buscan lo que haces
Y sí, los primeros te costarán. Pero cuando alguien diga “trabajé con [tu nombre] y me fue bien”, todo se mueve más fácil.
Paso 6. Automatiza y escala
Cuando tengas varios clientes y fluyan los ingresos, toca dar el siguiente paso:
- Delegar parte del trabajo (por ejemplo, el diseño, los anuncios, los informes)
- Usar herramientas para ahorrar tiempo:
Notion, Trello, Canva, ChatGPT… - Crear procesos que puedas repetir
Una agencia no crece por hacer más cosas, sino por hacer mejor lo que ya funciona.
¿Se puede vivir viajando mientras gestionas una agencia?
Sí. Pero no es la típica historia de laptop en la playa y mojito en la mano.
Vivir viajando y trabajando requiere estructura, clientes recurrentes, buena conexión a internet y saber gestionar tu tiempo. Entonces… ¿puedo? Sí, puedes pero básicamente tienes que verlo como que tienes un negocio que puedes llevar en la mochila, no tienes por qué acudir a una oficina a realizarlo, si no que puedes hacerlo desde cualquier lugar del mundo, y eso, es libertad.
Ahora bien, lo no tan bueno es que nadie te va a levantar por las mañanas si no lo haces tú. La disciplina, rutina y esfuerzo es clave.
Montar una agencia de marketing digital no es difícil. Lo difícil es mantenerse y crecer.
Pero si tienes ganas, sabes moverte online, y no te importa hablar con personas… puedes vivir de esto.
Y sí, también puedes hacerlo mientras viajas por el mundo.
¿Te interesa este tipo de oportunidades? Suscríbete GRATIS a nuestra newsletter y recibe cada semana nuevas ideas para trabajar, vivir y viajar por el mundo.
Fuente original de la información: Trabajar por el mundo.