Dinamarca acaba de marcar un nuevo récord en Europa. Su parlamento ha aprobado una ley que eleva la edad de jubilación oficial a los 70 años, convirtiéndose en el país con el umbral más alto del continente. La medida afectará a todas las personas nacidas después del 31 de diciembre de 1970.
Hasta ahora, la edad estándar era de 67 años, aunque ya se había previsto un aumento progresivo hasta los 69 para quienes nacieron a partir de 1967. La nueva reforma acelera esa tendencia y responde, según el gobierno, a la necesidad de mantener el sistema de bienestar en una sociedad cada vez más envejecida.
La ministra de empleo, Ane Halsboe-Jørgensen, defendió la decisión como una “apuesta por la sostenibilidad a largo plazo”, señalando que Dinamarca necesita adaptarse al aumento de la esperanza de vida y a los cambios demográficos.
Sin embargo, no todos están de acuerdo. El partido de izquierdas Alianza Rojo-Verde criticó la reforma por “injusta” y “difícil de defender”, sobre todo en el caso de trabajadores con empleos físicos más exigentes. Su portavoz, Pelle Dragsted, también denunció la contradicción con otros colectivos, como los ministros, que siguen pudiendo jubilarse a los 60.
¿Y qué pasa con quienes no quieren jubilarse?
En paralelo al debate político, hay un dato que llama la atención: según la asociación danesa de seguros y pensiones (F&P), más de 80.000 personas ya trabajan por encima de la edad oficial de jubilación. En muchos casos, lo hacen porque quieren —gracias a condiciones de trabajo flexibles, un entorno económico estable y un enfoque activo del envejecimiento.
¿Una tendencia que se extenderá por Europa?
Dinamarca no es el único país que ha iniciado esta conversación. En Francia, el aumento de la edad de jubilación a 64 provocó protestas masivas en 2023. En España, la edad ordinaria también ha ido subiendo de forma progresiva y se sitúa ya entre los 66 y los 67 años, según los años cotizados.
La pregunta no es si otros países seguirán esta línea, sino cómo afectará esto a quienes construyen carreras más inestables, cambiantes o independientes, como muchos de los lectores de este medio. Aunque, también lo hemos dicho a lo largo de los años: no hay que depender de terceros, gobiernos o sistemas que cambian con cada legislatura. Si llega una pensión, bienvenida sea. Pero la verdadera jubilación —la que te da libertad real— se construye mucho antes, y pasa por crear tus propios flujos de ingresos, diversificar, y pensar a largo plazo. Lo explicamos con detalle en artículos como cómo generar ingresos pasivos o formas de diversificar tus ingresos como nómada digital.
El debate está sobre la mesa. Pero la decisión, como siempre, es individual
La reforma de la jubilación en Dinamarca puede parecer lejana, pero anticipa una conversación que tarde o temprano llegará a todos los países: ¿hasta cuándo vamos a trabajar y en qué condiciones? Y más importante aún: ¿quién va a decidirlo, nosotros o el sistema?
En Trabajarporelmundo.org llevamos más de una década hablando de alternativas. De cómo crear una carrera profesional más flexible, de cómo generar ingresos que no dependan de un solo pagador, de cómo preparar el futuro sin esperar a que lo resuelva un tercero.
Porque sí, la jubilación estatal puede llegar. Pero la tranquilidad no debería depender solo de eso.
Y si estás leyendo esto, seguramente ya lo intuías.
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Fuente original de la información: Trabajar por el mundo.
